domingo, 7 de octubre de 2012

Unificación.


Que no todo soy yo, si no son mi todo.



A veces nos centramos en un "yo" individual, sin saber, que no habría un "yo", si un "tu" no existiera; ni un "nosotras" por futuro, si no se formase cada "yo" con vuestra ayuda. Que decida lo que decida el tiempo, pienso jugármela con el azar para que dure lo máximo cuando llegue el clímax. Teóricamente, ahora viene dar las gracias y todo eso que nos demostramos con cada saludo, pero puesto que ya tenemos una rutina que nos condicione los relojes y delimite nuestros versos, me limito a añadir números que seguro que os suena el infinito.
De nuevo, un brindis por nuestros fallos que nos equilibran sin llegar a la perfección, que no tememos dar de lado cada vez que reimos. No sabemos si la historia esta escrita o si podemos burlar lo lógico y las topicidades, solo se, que por pocas veces que una unión así nazca, haré lo mismo por diferentes que seamos: exprimir, disfrutar, añadir, desvariar, amar, querer mas momentos entre sonrisas y lágrimas, miedos y valentías, sensaciones, preocupaciones y cabreos, que, de todo, aprenderemos después. Ahora si, gracias. Simplemente por formar parte de cada una de nosotras y personalidades diferentes. 
Es mucho mas fácil rozar el cielo cuando siete estrellas acercan el paraíso y abren sus puertas aunque solo sea de vez en cuando. Ya echo de menos su luz. 
Luceros por miradas, abridme las aguas, marcadme la senda, dejad tatuaje, no huella.
Doble infinito.
























No hay comentarios:

Publicar un comentario