domingo, 30 de noviembre de 2014

Entradas eliminadas

                                                                                             Recopilación.


"Por mucho que nos hagan, jamás merecerá la pena, rebajarse a la altura de aquellas personas que alguna vez nos tiraron al suelo, porque es mucho lo que se pierde, y poco lo que se gana."


"Cómo miles de sensaciones pueden agolparse en tu garganta y ser tan difíciles de explicar, cómo puedes sentir tantas cosas a la vez y ser incapaz de ponerlas en orden."


"Creo que lo mejor es gritar, gritar, no hasta que alguien te oiga, sino, hasta que se te olvide la razón por la que lo hacías." 


"Idealizas, completas y rehaces cada parte que flaqueaba de lo que creíste ver, pero solo la realidad es capaz que quitarnos esa venda. Lo último, desilusión."



"Me heces daño, pero prefiero dejarte doler a verte escapar.
Se me antojan tus labios, me apetecen tus caricias, tengo hambre de tu cuello, esta noche soy caníbal."



"No rompas un silencio para decir que te vas, tan solo deja al tiempo fluir en una estela de fotogramas que no expliquen el argumento de la película. Un adiós no significa nada cuando tienes por seguro que volverás, y, aun así regálame un ''hasta luego'' y déjame con la intriga de no saber de tu regreso. Prefiero que el dolor esté latente, pero que permanezca, para sentirte cerca, para saber que no fuiste un sueño, aunque tu respiración ya no sea mi morfina. Siempre supe que volverías. Por eso no te esperé, porque creo en el azar y no en el destino, y aquella vez tiré los dados obteniendo una respuesta negativa, pero hice trampas, y dibujé una gran sonrisa en la cara de nuestro dado. Y la suerte jugó a nuestro favor, y el cielo nos regaló la última tormenta de verano, y cada gota que cruzaba mi rostro posándose en mis labios fue la respuesta positiva que necesitaba en un principio, pero que ahora me vale con tu sonrisa entre mis labios, y granizo de vez en cuando."


  

"Tres horas sudando bajo las luces parpadeantes, y, entre cuerpo y cuerpo, dar todo el aliento con cada latido de tu corazón. Unas manos que suben y bajan al ritmo de la música y se aceleran cada vez más haciendo semicorcheas en un tiempo pausado por la temperatura. 
Oigo tus pensamientos, sofocos, jadeos. El gritar de un beso que se aproxima con afán destructor para eliminar tus defensas y entrar en ti. El choque de pieles se convierte en la banda sonora de una noche, de una época; y las metáforas se hacen pequeñas ante la inmensidad de los impulsos nerviosos y convulsiones carnales. Calor.
Las pulsaciones suben sin pedir permiso a un calor corporal que hierve tu sangre. 
No es pecado. Es el infierno. "




"Lanzando suspiros al aire e intentando recordar cómo he llegado hasta aquí. Creo que volando. Surcando, una oleada de pensamientos y las corrientes marinas de tu imaginación, que son las que me mantienen viva. En tus momentos de soledad, oigo descolgar tu teléfono, y el mio, con las monedas. Flotando por el aire. Sin rumbo. Con tu dignidad. Perdida."



"La mayoría de las gotas son lágrimas que llora el cielo angustiado porque  ya no miras hacia arriba."



"Estrofas que amenazan con decirte la verdad y hacerte tragar saliva desgarrando tu garganta, camino de poesía, camino de la vida."





                                                                                     El grito de mis ojos.
Algún día te contaré como me dejé caer y comencé a vibrar. A vibrar sin percatarme de haber causado un terremoto.
Volviendo a las frases sin sentido, declararé en mi defensa que hay matices que solo entiende la persona que se puede identificar con estas letras, aportando esa conexión, la coherencia de la cual despojé a mis palabras para animar al lector a una libre interpretación.
Unos frases bonitas, y otros, la mancha de unos sentimientos estampados al chocar contra la pared.

Quien dijo “Haz el amor y no la guerra”, sentenció a  la humanidad.
Nos hacen falta luchadores. Nos hace falta más valor y menos frases de cortesía, un motivo por el que luchar, una pelea sincera, y una ráfaga de golpes que nazca en el lado izquierdo de nuestro pecho.

El mundo suplicó hace tiempo por humildad…y tú no supiste fingir…nadie te enseñó a mentir… Unos ojos vacíos que intentan secundar una expresión de honor y respeto, delatados por tus palabras. Caes en tus propias trampas, donde yo he vivido una eternidad, a solas. Donde por mucho que desgarres tu garganta, solo emitirás gritos sordos. Donde cada golpe únicamente sacude el aire, y las ganas de llorar se agolpan entre tus dientes…
Desahogarse se ha vuelto algo arriesgado. El cristal se quiebra con cada impacto y mis manos siguen el ritmo de mis pensamientos. Voy demasiado rápido. Pero ya no puedo parar. No puedo salir de mi cabeza. La luz se resbaló de entre mis dedos y sus ojos se adueñaron de mi último aliento.

Mientras mi orgullo transforme mi interior, mientras alimente mis ganas, anestesie el dolor y asfixie mis emociones…seguiré preguntando al cielo por qué llora. O por qué no llora más a menudo.







Braille

                                                                            Bruxismo.

Ahora entiendo por qué no lloran. Ahora entiendo los nudillos ensangrentados y la violencia provocada. Ahora entiendo las escapadas y los paseos a solas. Ahora entiendo las capuchas, la comodidad bajo la lluvia, la necesidad de herir.
Ahora sé que tenían razón los ceños fruncidos y no las sonrisas que nos venden.
A dónde va tanto dolor... la rabia, y el odio...
El odio que se vuelve confortable como camino a la estabilidad por la que suplica entre lágrimas secas un alma angustiada.
La rabia, que aprieta la mandíbula y contrae los puños hasta asegurarse de que aún puede sentir algo, dolor.
El dolor no se explica, no tiene letras. Se expresa entre guturales, golpeos y una base ensordecedora.

No lo entiendo. Leo entre líneas y te juro que no lo entiendo.